Con estas marcas se puede distinguir a diferentes sectores de un territorio (agroalimentario, turismo, artesanía, cultura…) y garantiza al consumidor la calidad en el servicio o producto, la Responsabilidad Social de esa empresa y que tiene un vínculo especial con ese territorio rural y con la identidad cultural del mismo.
Cada Marca de Calidad Territorial dispone de un comité de Gestión y Control propio y, complementariamente, existe otro de la marca CALIDAD RURAL a nivel europeo. Como otras marcas de calidad cuenta con normas desarrolladas para regular su uso: Reglamento General, Cartas Específicas para los distintos sectores (turismo, agroalimentario, artesanía,…), Procedimiento de implantación y evaluación, Manual de Identidad Gráfica, etc.
Los productos o servicios distinguidos con la Marca de Calidad Territorial Europea (y sus marcas territoriales) están hechos en empresas que son económicamente viables, medioambientalmente respetuosas y socialmente comprometidas y que, además, forman parte de un territorio comprometido con la calidad territorial. Es decir, que son empresas que tiene en cuenta la importancia de una buena gestión empresarial, compran a proveedores locales, trabajan por la innovación respetando la tradición, se implican en el desarrollo local, toman medidas de ahorro energético, hacen una adecuada gestión de sus residuos, se integran en el entorno, fomentan la igualdad de oportunidades en la empresa, la formación de sus trabajadores o la cooperación con otras empresas y colaboran con entidades sociales locales.
Para las empresas, además de una herramienta de promoción y diferenciación en el mercado, pretende ser un instrumento de aumento de la competitividad, ya que proporciona a los empresarios criterios para mejorar la gestión empresarial y para introducir pautas de Responsabilidad Social Empresarial (uso de recursos locales, innovación, ahorro energético, cooperación con otras empresas…) que pueden servir para competir en mejores condiciones en el mercado.